Un futbolista con más caras que una moneda de dos euros…
Nuestro amigo Tchouaméni ha terminado el Mundial de Clubes transformado en el camaleón oficial del equipo de Xabi Alonso. ¡Le falta tocar la batería en el descanso! Ha demostrado que puede ser tanto un pilar en la defensa como un artista del medio campo, dependiendo de si la luna está llena o de si su desayuno fue una tostada o un croissant. Xabi está tan encantado que cada vez que quiere hacer ajustes tácticos parece que saca de su bolsillo un mando a distancia y pulsa el botón de «modo defensa» o «modo ataque» según la ocasión.
Hubo un tiempo en que Tchouaméni se encontraba en el ojo del huracán de las críticas. Alguna pitada del público fue tan fuerte que quizás se sintió como si estuviera en el concierto de rock equivocado, justo antes de que el artista arranque con su hit. Pero cual superhéroe silente, nuestro galo ha sobrevivido y ahora brilla tan fuerte como un foco de estadio encendido en pleno día. Ha aprendido a balancearse entre la presión defensiva y la creación de jugadas como si fuera Spiderman balanceándose entre rascacielos.
Y aunque Tchouaméni siempre afirma con la humildad de un koala sonámbulo que su rol favorito sigue siendo el del centro del campo, no cabe duda de que para Xabi es el «comodín que lo mismo te plancha un huevo que te fríe una camisa». En resumidas cuentas, ¡es la salvación del equipo antes de que el árbitro pite el fin del tiempo reglamentario! Si sigue así, no solo será querido por los grandes del fútbol, ¡sino incluso por los abuelos que ven el partido durmiendo la siesta!