La caída del Levante con toque italiano…
Cuando Alessio Lisci asumió el timón del Levante en diciembre de 2021, se encontró con un equipo en picada que parecía tan hundido como una tostada que cae siempre con el lado de la mantequilla hacia abajo. Con solo siete puntos en 15 partidos, el joven entrenador italiano, el Peter Pan de los banquillos de Primera, logró una resurrección respetable con seis victorias, pero el inicio desastroso era como intentar llenar una bañera con un colador.
Llegaron a la jornada 36 necesitados de un milagro más grande que ganarse la lotería dos veces consecutivas. Se enfrentaron al Real Madrid en el Bernabéu, donde para el Levante, marcar un gol era tan difícil como encontrar una aguja en un pajar de cetáceos. Los goles del Madrid cayeron tan rápido que Lisci debe haber pensado que estaba enfrentando un huracán de camisetas blancas. Vinicius, con un hat-trick reluciente, selló el destino de Levante. Ahora, con la resiliencia de un gato con nueve vidas, Lisci avanza con Osasuna, dejando atrás sus penas en el Bernabéu.