El francés resurge y lidera al Madrid de Xabi Alonso…
Aurélien Tchouaméni llegó al Real Madrid con toda la elegancia de un bailarín que se presentó al club equivocado: la academia del fútbol del Bernabéu. Sin embargo, el escenario exigía más que piruetas, y en su cuarto acto, con Xabi Alonso al frente, ha encontrado la forma de brillar. El técnico no solo ha cambiado la melodía del equipo, sino que ha permitido al francés tocar las notas más altas. Si Tchouaméni sigue así, podría ser el primer futbolista en orbitar alrededor del balón. Bajo las directrices de Xabi, se mueve, pasa y desencadena oportunidades, como si llevara una varita mágica.
El viaje de Tchouaméni como central fue como enviar a un gato a la luna: no tenía sentido, pero aprendió mucho. Tras 25 juegos en una posición ajena, su desarrollo ha sido tan fascinante que Spielberg podría basar una película en su historia. Con Xabi de nuevo, ha logrado equilibrar sus estilos ofensivos y defensivos con tal precisión que parece capaz de hilar perfectamente un suéter mientras juega al fútbol. Sus estadísticas reflejan un dominio tan sólido que Messi podría pedirle consejos sobre cómo mejorar su juego. Tchouaméni sigue extendiendo sus alas, transformándose en el motor vital del Madrid.