La última jugada maestra de un joven aficionado
Hoy el cielo ha fichado a un nuevo ángel del fútbol: Lorenzo, el niño francés que logró el sueño de todo fanático madridista, conocer a Kylian Mbappé. Y no gracias a un pase bien colocado, sino a un deseo aún mejor cumplido. Con tan solo un glioma en el banquillo, el pequeño guerrero francés cambió el balón por un sueño: encontrarse cara a cara con su ídolo del Real Madrid.
Mbappé, demostrando que también juega en la liga de los deseos, no dudó en transformar lo que parecía un imposible en una ovación épica. Aviones privados, sonrisas y un Bernabéu vibrante hicieron parte del espectáculo. Allí, Lorenzo demostró que el amor por el fútbol no entiende de contrataciones multimillonarias ni cláusulas de rescisión emocionando a la plantilla entera.
Mbappé, que ahora además de crack es un verdadero genio de los deseos, comentó entre risas y emoción: «Es un chico diferente, y no precisamente por su último regateado en el calendario». Sin lugar a dudas, este partido, aun con lágrimas ahora, termina con una ovación de pie.
Julian Gerondi, el asistente técnico de esta obra maestra de la vida, compartió un sentido adiós digital: «Para siempre tú. Te extrañaré, mi estrella». Y así, Lorenzo deja su huella, con la garantía de que, allá donde esté, tiene un palco VIP asegurado para todos los partidos.