¿El próximo galáctico con cara de niño?…
Abdellah Ouazane, con solo 16 años, ya tiene más clubes cortejándole que el canto de un ruiseñor al amanecer. Este chaval de Ámsterdam, pero con golondrinas marroquíes en los pies, se ha propuesto deslumbrar a toda Europa. El Real Madrid ya baraja subirle en un cohete directo a Valdebebas antes de que alguien le descubra como al próximo acertijo sin resolver. Actualmente, este joven fenómeno corretea por la categoría sub-17 del Ajax y, sorpresa, ¡ha metido más goles que mis esperanzas de encestar un triple en canasta! Y por si fuera poco, ganó más títulos con Marruecos que yo cromos repetidos en el álbum.
Este mediocentro es un camaleón futbolero. Con 1,83 metros, el chico puede ser tanto un mago en medio del campo como un francotirador en la frontal. Sus pies, más letales que un pingüino con un misil, mandan balones de falta que desafían las leyes de la física. Y si le dejas un hueco, te filtrará un pase mágico como Houdini escabulléndose de una caja cerrada.
Dicen que recuerda a Bellingham, pero creo que ni la copia de seguridad de una teleportadora lo iguala. Eso sí, no se achanta ni en un laberinto de Minotauro. Su cerebro futbolístico parece configurado en difícil, pero él está en modo pro. En Madrid ya sueñan con él, mientras yo sigo soñando con que mi cafetera funcione bien por las mañanas. Ouazane apunta maneras de ser la próxima joya blanca, y ahí está, dispuesto a llevar su varita mágica al escudo merengue.
