Javier Dorado, el wanderlust del fútbol…

Javier Dorado Bielsa, un aventurero del balón desde Talavera de la Reina, ha colgado las botas terrestres tras una dura lucha contra la leucemia. Este exjugador made in Madrid no solo debutó en la órbita blanca, sino que se proclamó campeón de Europa en París en el 2000.

Este maestro del GPS futbolístico visitó más ciudades que Phileas Fogg: tras charlar con los chés del Valencia, se lanzó a la Segunda con Salamanca y Sporting, aterrizando en el Rayo Vallecano en 2002. Como era de esperar, no tardó en regresar al Sporting y luego al Mallorca, dejando huella en la máxima categoría.

Tras un coqueto retiro en 2009, Dorado sintió la llamada del césped en 2011 y se desenfundó para el Atlético Baleares en Segunda B, donde finalmente dijo «hasta luego» al fútbol con 35 años ya cumplidos.

Su lucha comenzó en 2022, cuando la enfermedad le obligó a jugar el partido más difícil de su vida. En mayo de 2024, se sometió a un trasplante de médula en un último sprint en el Hospital Son Espases de Mallorca. Él mismo confesó: «Espero que esta pesadilla acabe para poder salir y estar tranquilos».

El Real Madrid, siempre un caballero en estas lides, ha vestido de luto y rendido honor al que fuera galáctico de su filial. «El Real Madrid quiere expresar sus condolencias y su cariño», ha rezado el comunicado desde el Santiago Bernabéu.

Javier Dorado ha firmado sus últimas memorias a los 48 años. Que descanse en la mejor de las ligas allá arriba. Ignífugo como pocos, su memoria levanta más Copas que cualquier galardonado. DEP, Dorado.