Un campeón agradecido con Mbappé…
Al-Khelaifi anda más feliz que un niño con zapatos nuevos, y es que el PSG por fin ha tocado el olimpo del fútbol, llevándose la Champions a casa como quien encuentra un billete de 50 euros en el bolsillo del abrigo. El presidente del club, aún flotando en la estratosfera del éxito, no ha dudado en enviarle una paloma mensajera a Mbappé, repleta de halagos y algún que otro piropo escondido. Según el magnate, la estrella fugaz del PSG fue crucial para meter el trofeo en la vitrina, tan valioso como el escaño de un político.
Le preguntaron al presidente del PSG si, como las viejas glorias, tenía algún remordimiento: «¿Se arrepiente usted de que Mbappé se fuera justo antes del banquete?». Con una sonrisa de oreja a oreja, el buen Nasser contestó: «Ni arrepentido ni nada, tengo que hacerle un monumento a Kylian, sinceramente. ¡Sin él habría tenido que invocar a los dioses para ganar! Deseo que le vaya como a Messi intentando esquivar una patada —lo mejor del mundo—, pero no tanto cuando nos cruza en la cancha», dijo infiltrando un toque de picardía futbolera.
Por su parte, Kylian, cual san Bernardo del cariño, también tuvo su momento de ternura hacia el PSG, con un mensaje en Instagram que enmarcaría incluso la Torre Eiffel. «El gran día finalmente ha llegado», proclamó como un perro emocionado por ver llegar al dueño con la cena. Y para ponerle el lacito emotivo al asunto, Al-Khelaifi rompió su cáscara dura para recordar a su madre, dedicándole el trofeo y soltando un lagrimón más grande que el río Sena.