El nuevo ‘thriller’ de Mendizorroza…

¡Alerta roja en Mendizorroza! Si esperabas tormenta, lo que se avecinaba era todo un huracán ni más ni menos que al estilo tropical. Varios panfletos aparecieron misteriosamente para recordar que los fans del Alavés estaban tan indignados con Asencio como un árbitro con un fuera de juego mal cobrado. Con mensajes dignos de un drama de telenovela, los papeles clamaban eso de «Real Madrid, protectores de los agresores». ¡Menuda sorpresa, vamos! Seguro que el señor Fútbol nunca imaginó ser parte de un culebrón de este calibre.

Y cuando la pelotita empezó a rodar, la afición no se cortó ni un pelo. Estaban más enfadados que un defensa con los cordones desatados. Se escuchaban cánticos poco amigables, tanto que hasta el videomarcador se sonrojó de vergüenza y parpadeó más que un hincha cuando Teo Messi está a punto de marcar. Tanto alboroto hizo que el árbitro decidiera dar protagonismo a la megafonía, que anunció a todo pulmón un mensaje de paz y amor futbolístico. Porque, asumámoslo, nada enfurece más a un estadio que una siesta interrumpida.

La reacción de Raúl Asencio cae más rápido que internet en un estadio repleto. Con estilo de héroe de acción, calmó la situación y sugirió: «No pasa nada, dale», básicamente como si estuviera negociando con alienígenas en un partido intergaláctico. Claro que sí, Asencio, siempre manteniendo la compostura bajo presión, incluso cuando el público vibra más que nevera old school. Así es el fútbol, mis amigos, una épica novela donde un buen central se enfrenta a calores más intensos que en un choque Barça-Madrid en pleno agosto. ¡Viva el deporte rey y larga vida al culebrón de Mendizorroza!