Pablo Parra lo defiende como un héroe…

En el universo paralelo del fútbol, cada día es una nueva caza del tesoro para encontrar a alguien a quien echar la culpa, y hoy le ha tocado a nuestro querido Carlo Ancelotti. Pareciera que debajo de cada piedra se esconde un entrenador potencial, listo para tomar las riendas del Real Madrid y convertirlo en el equipo invencible de las leyendas de antaño. Y claro, de paso, resolver el misterio del Triángulo de las Bermudas y la receta de la Coca-Cola, todo en una sola temporada.

El pobre Carlo se ha convertido en el saco de boxeo favorito después del último desastre futbolístico en el Emirates. Parece que olvidar sus hazañas es más fácil que memorizar la tabla periódica. Porque claro, ¿quién va a acordarse de que él transformó a Vinicius en un velocirraptor en el campo o hizo magia con Camavinga convirtiéndolo en un lateral izquierdo? Al final, las contribuciones de Ancelotti son como esa canción pegadiza de la que nadie recuerda al autor, pero todos tararean.

Mientras tanto, el Real Madrid ha decidido que fichar es una leyenda urbana, como el monstruo del lago Ness. Así que, con una plantilla tan robusta como un castillo de naipes, Ancelotti sigue armando alineaciones con lo que tiene. Es como si intentase ganar una carrera de Fórmula 1 en un trineo tirado por gatos. Pero claro, seguro que la culpa es suya si el trineo no llega primero.