La Liga como un circo de emociones…

En la última jornada de la Liga, el Barcelona saboreó una derrota tan dulce que ni Willy Wonka podría superarla, y Hansi Flick hizo más celebraciones que un árbol de Navidad en agosto. ¿Y qué decir de Lamine Yamal? Este chico es tan bueno que si el Balón de Oro fuera una galleta, él sería el monstruo que se la comería toda sin dejar ni una miga. ¡No me extrañaría que ya le estén haciendo un trono de oro en el Camp Nou!

Mientras tanto, el Real Madrid se siente como un mago olvidado en un espectáculo de David Copperfield. Aunque venció al Sevilla, a Ancelotti le faltaron fichajes este verano como a un sándwich le falta el pan. Parece que decidió despedirse del club sin un truco final e irse como un ninja del fútbol, silenciosamente, dejando solo un rastro de humo (o quizás de lágrimas).

Y sí, los socios del club aún se muestran tan entusiasmados como un perro en una piscina de pelotas. A falta de fichajes, ¿quizás estén sorteando experiencias como «conoce la cara de desilusión de Ancelotti en vivo y en directo»? ¡Nada como la exclusividad para animar una tarde de futbol, señores! Quién sabe, igual la próxima temporada el Madrid vuelve con un espectáculo digno de aplaudir de pie.