Marquinhos recomienda magia brasileña doble…
¡Señoras y señores, damas y caballeros del fútbol cósmico celestial! Prepárense para ver a Ancelotti transformarse en un carioca hechicero del balón. Esta semana ha sido como si Harry Houdini llegara a Brasil con una varita llena de caipirinha para guiar a la selección auriverde. Marquinhos, el guardián de la defensa del PSG, ha sugerido que Carletto debería seguir los pasos del gran Luis Enrique. Porque, ya saben, ¿qué tiene más sentido que convertirte en el anexo espiritual de alguien que ganó una Champions como quien colecciona estampitas?
Obvio, Marquinhos no se olvidó de su colega Mbappé, la luz estroboscópica recién licenciada en ‘hago-falta’ en cualquier equipo. Cuando le preguntaron si Ancelotti debería fijarse en él, Marquinhos casi se despide cantando «la Macarena» con un «¡Ojalá tuviéramos un Mbappé por aquí!». Como decir que Neymar haga de Messi, pero con samba de fondo. Definitivamente, tener filosofía es importante, pero tener a Mbappé, más, mucho más.
Al cierre del show, Marquinhos nos clavó una reflexión como un filósofo en plenos carnavales: «En el fútbol todo cuenta, desde empujar a tu compañero para bailar hasta asegurar que el portero no esté tomando siestas en su área pequeña». ¡Ah, qué tiempos aquellos en que el PSG era un equipo tan compacto que ni un alfiler se colaba por su defensa! Así cierra Marquinhos, un tipo que desearía que cada partido terminara con una comparsa de banderas y con el golista vestido de superhéroe.