Río de Janeiro se transforma en una fiesta con Ancelotti…
¡Atención, terrícolas del fútbol! Carlo Ancelotti ha dejado el césped galáctico del Santiago Bernabéu para surcar los cielos de Brasil como el nuevo seleccionador. Sí, has leído bien: ¡el mago de los banquillos cambiando las Torres de Madrid por el Cristo Redentor! La presentación del italiano fue un evento digno de una superproducción de Hollywood, con más emociones que el último capítulo de una serie de moda. La presencia de Ancelotti en la sala de prensa causó un terremoto de entusiasmo, como si apareciera Papá Noel en pleno cumpleaños.
Samir Xaud, el jefe de la CBF, estaba tan feliz que alguien pensó que había encontrado oro en su café de la mañana. «Con Ancelotti, ¡volveremos a la época dorada del fútbol!», exclamó al menos mil veces. Y el bueno de Carlo, cual protagonista de una telenovela, declaró su amor eterno a Brasil: «Es un sueño hecho realidad, como desayunar churros con chocolate todos los días». Los nombres de leyendas como Cafú, Kaká y Batistuta resonaban en el aire como si Ancelotti fuera DJ en un festival de samba.
En su debut como seleccionador, Ancelotti habló de Neymar como si el astro brasileño fuera un tesoro nacional guardado en Fort Knox. «Neymar está listo para brillar de nuevo, como un diamante en una tienda de baratijas», bromeó Carlo. Y no nos olvidemos de Vinicius, a quien Ancelotti quiere convertir en el héroe enmascarado de la Canarinha: «Si Vini no se ha transformado en superestrella, ahora lo hará». Queda claro: para este nuevo técnico de Brasil, el fútbol es cuestión de alegría, talento y, por supuesto, un toque de macumba. ¡Vamos que nos vamos!