El arte del picotazo fallido de Endrick…

Cuando el director teatral italiano, Carlo Ancelotti, bajó el telón futbolero sobre Endrick, parecía que había visto un fantasma en el campo. El joven brasileño intentó impresionar con un espectacular truco de magia futbolística: picar el balón en un mano a mano, como si estuviese en un circo. Pero en lugar de aplausos, recibió una sustitución fulminante. Bellingham entró al escenario de inmediato, mientras el público contenía la respiración y Ancelotti mascullaba entre dientes como si fueran malas palabras en una pelea de dibujos animados.

Mientras tanto, el querubín Güler se ganaba su salario interpretando una serenata futbolística en el campo. Ancelotti, tal vez recordando su juventud en las costas de Sorrento, aplaudía con lágrimas en los ojos: «¡Es un poeta del balón! Aunque, hay que admitirlo, todavía necesita un poco más de pimienta en los duelos cuerpo a cuerpo. Esperemos que no termine burlando a los rivales con poesías en lugar de goles».

Y hablando del misterio de la lesión, Camavinga encuentra una nueva forma de bailar sin música. Ancelotti reveló: «Tiene una molestia en la pierna». Las únicas alternativas o pasos de baile para el sábado son Fran García, aunque todos saben que no es el Fred Astaire del lateral izquierdo. Eso sí, el italiano aseguró a los aficionados: «Una final es una final, todo puede pasar, ¡hasta que se lleven el gol en alfombra roja!».