Un banquillo a punto de explotar…
¡Oh, madre mía, parece que la silla de Ancelotti está más caliente que una plancha en pleno verano! Ramón Álvarez de Mon, con más información que un móvil nuevo, lo ha dejado caer como quien deja caer la noticia de que el WiFi se ha ido. Mientras el Real Madrid sigue en su vaivén de emociones intensas, el pobre Ancelotti podría estar planeando sus vacaciones antes de tiempo. Aunque el plan es que termine LaLiga, no falta el guionista de películas de Hollywood que dice que podría dejarlo a mitad camino si el galáctico tren descarrila.
La cosa no queda ahí. Ricardo Rosety, con un estilo más dramático que una novela turca, asegura que incluso si levanta todos los trofeos posibles, el puesto del míster no está seguro. El Bernabéu, al parecer, no ha encontrado a su mesías y Ancelotti, como el protagonista de una tragicomedia, carga con unas culpas que no parecen del todo suyas. El horizonte podría convertirse en una telenovela brasileña si le seduce el canto de sirena del país carioca donde el fútbol es casi religión.
Mientras tanto, Pepe Pasqués opina que Ancelotti es más cabezota que un burro intentando comerse su propia cola. Algunos creen que el Real Madrid podría darle un homenaje de despedida, algo más raro que una cebra rosa en el campo de juego, pero ¡mi madre! Tal vez se vaya por la puerta trasera, dejando atrás un legado más confuso que un esquema táctico de fin de curso. Nacho Labarga, con la convicción de alguien que ha ganado la lotería, lo deja clarito: o gana todo o maratón rumbo a Brasil.