El adiós del mago italiano…
Carleto, nuestro querido mago del fútbol, ha hecho las maletas. Pero no se preocupen, no es que le haya tocado la lotería y se haya ido a una isla desierta a vivir en chanclas. Simplemente, después de llenar tanto los trofeos del Real Madrid que ni un caldero mágico habría podido contenerlos, parece que el Barça está a puntito de arrebatarle la 28ª Liga a nuestros blancos. Eso sí, Carlo se va con un saco lleno de títulos y dos dobles en la mano, como si jugara al mus en vez de al fútbol.
El pobre Ancelotti, en su cuarto curso, ha tenido más desafíos que un malabarista de circo con tres pelotas y un hula hoop. Le tocó lidiar con una galaxia de estrellas que parecían más preocupadas por el brillo de su ego que por el césped. Sólo le ha faltado hacer de negociación entre una banda de rock desenfrenada y su manager. Florentino, nuestro jefe supremo del club, entiende esto muy bien, recordando 2006, cuando todo era tan glamuroso que casi había que llevar gafas de sol en el vestuario.
Rodrygo y Vinicius, los dos peques brasileños que parecen sacados de un culebrón, andan algo disgustados. Rodrygo por no formar parte del famoso BMV y Vinicius porque su Balón de Oro es más esquivo que un conejo mágico saltarín. Pero tranquilos, porque Carlito se va a Brasil. ¡A lo mejor inventa una nueva samba para bailar mientras entrena! ¡Ciao, Ancelotti! Siempre recordaré tu ceja levantada que dejaba en pinta a cualquier poeta pensativo. Hasta la vista y bon voyage en tu nueva aventura carioca.