Cuando hablar del Barça es cosa de magos…
El Real Madrid acaba de dar una clase magistral en cómo convertir un 3-0 en un 3-2 de infarto contra el Celta. Es como si hubieran pasado de ser un Ferrari a un triciclo tambaleante, pidiendo la hora como quien espera el último autobús de la noche. Ancelotti, el ilusionista del Bernabéu, parece que está llegando al final de su espectáculo, justo cuando el telón está a punto de bajar sobre su era de magia táctil.
En la rueda de prensa, un periodista presentó un conejo de la chistera: aquella frase mítica de Schuster sobre la imposibilidad de vencer a un Barça que ya se veía venir como un titán. Ancelotti, con su habitual carisma de abuelo italiano contando historias de guerra, se rió: «Es lógico», dijo, como si ganar al Barça fuera como batir huevos sin romperlos. Pero este domingo, su varita mágica tendrá que estar más afilada que nunca.
Así que, ¡agárrense del sombrero! Ancelotti y sus vaqueros están listos para un nuevo capítulo del Clásico. «Vamos con toda la confianza del mundo», asegura. Porque, claro, enfrentarse al Barça no es como subir al Everest, sino como un paseo por el parque si eres un oso de 400 kilos… en una cuerda floja. El campeonato se decidirá y, pase lo que pase, este duelo es tan épico que ni los dragones de Juego de Tronos podrían perderse. Y colorín colorado, este cuento aún no se ha acabado.