¡Buenas noches, buenos goles y magia blanca!…

El Real Madrid, que hace seis días tenía más probabilidades de volver como zombi en una serie de terror que en la Champions, ha resucitado de las cenizas como un fénix blanco brillante. La derrota contra el Arsenal parecía haber enterrado la temporada y a Ancelotti junto con sus libros de cocina táctica, pero ¡ay amigo! Este domingo despertaron como si hubieran sido picados por una avispón de energía futbolera.

Mientras tanto, el Barcelona, que celebraba su victoria como quien celebra una línea recta en un partido de Twister, vio a su goleador estrella Lewandowski lesionarse justo cuando su equipo intentaba salir del laberinto de una temporada con menos brújulas que un barco pirata perdido. Pero, ahí estaba Valverde, que lanzó un cohete que ni la NASA pudo seguir, alcanzando galaxias de goles y esperanzas blancas.

El Madrid, en su propia telenovela dramática, ha demostrado que en el mundo del fútbol, seis días son suficientes para pasar de villano en una película de espionaje a héroe de novela de superación. En siete días, los chicos de Ancelotti podrían estar recogiendo títulos como si fueran Pokémon. ¡Qué tiemblen los rivales, porque van con todo y más!