Una solución que llega tarde pero sonriente…

Cuando Ancelotti lanzó su órdago de 72 horas de descanso, parecía un aviso digno de un western: “Nunca más jugaremos sin nuestras 72 horas de siesta”. Después de un maratónico partido contra el Atlético, parecían más agotados que un perezoso en lunes. No es para menos, tras sudar la camiseta durante 66 horas y 47 minutos.

Entre tanto, Tebas, como buen duelista de palabras, no tardó en responder señalando con el dedo las paradojas del calendario. «¡Dame tregua!», parece que decía con cada punto y coma. Con un plan tan apretado que haría sudar hasta a un reloj suizo, resulta que hay equipos que juegan más partidos que los días de la semana. Vamos, que si el Madrid fuese una serie de Netflix, ya tendría más capítulos que El Ministerio del Tiempo.

Finalmente, la AFE decidió despertar de su hibernación, aunque a paso de tortuga. Con una alineación que más parece de rugby, prometen un descanso apropiado para estos atletas sobrecargados. Porque, seamos honestos, nadie quiere ver un partido de fútbol donde los jugadores parezcan zombis de día después. Así que, entre ojeras y balones, esperaremos a ver si realmente llega ese ansiado descanso. ¡Porque descansar es de sabios, y al fútbol le urgen sabios descansos!