¿Todos escalando al tejado del balón?…
Carlo Ancelotti, el filósofo gurú del fútbol y experto en serenatas balompédicas, lo ha vuelto a hacer. En la rueda de prensa previa al Clásico, lanzaba reflexiones como si fueran confeti en una fiesta de quinceañera. Al estilo poeta del balón, dijo: ‘Si me escuchan, todo saldrá bien’, como todo buen profeta en su tierra. Vamos, que si sus jugadores no le prestan atención, tendrán que resignarse al papel de ‘turistas en un partido de fútbol’.
Nuestro mago de San Siro le ha encontrado la vuelta a las jugadas a balón parado, y asegura que con Arda y Modric tienen a los verdaderos Harry Potters del equipo, convirtiendo goles en el Caldero Chorreante. Y qué decir de Tchouaméni, quien según sus hiperventiladas declaraciones, se ha convertido en una especie de Thor del fútbol, listo para aplastar balones con el martillo. En resumen, su estrategia es tan fina y sofisticada que parece más un tejado lunar que un campo de fútbol.
Con el desafío de la temporada vestido de azulgrana y el aroma de una Liga floreciendo, Ancelotti desliza la comparación más romántica del fútbol entre un equipo y su técnico: la luna de miel. Según él, el amor con el Real Madrid es de telenovela turca, eterno y apasionado. Así que, si ganan, la Liga no solo se abre como un abrelatas, sino que se convierte en un carrusel de emociones digno de un guion de Netflix. ¡Ahí queda eso!