Mentor y aprendiz chocan palmas en charla galáctica…

Cuentan las malas lenguas que el Bernabéu fue testigo de un evento sideral: el maestro Ancelotti y su antiguo alumno, Xabi Alonso, intercambiaron secretos como si fueran magos del fútbol. Parece que se citaron en el renombrado Club Secreto de Entrenadores Galácticos, después de que Carlo superara el nivel Boss dentro del videojuego Real Madrid. Al fin pudo hacer lo que el destino había frustrado con Zidane: despertar al dragón dormido del futuro merengue.

La conversación fue tan profunda que ni Aristóteles podría soportar tanta filosofía táctica. Los temas: elevar el muro defensivo y evitar que Vinícius dibuje rayas en el césped cuando corre a la contra. Xabi llegó al encuentro como un superhéroe que acaba de desempolvar su capa, a punto para combatir en la Liga de la Justicia Merengue. Ahí los músculos se tensan y cada pase parece matar moscas en su vuelo.

Al despedirse, el dueto se juró lealtad eterna como si fueran caballeros Jedi de la galaxia futbolera. Entre risas, murmullos y un par de abdominales, Ancelotti alzó su antorcha y prometió pintar de verde la calle Real Madrid en su próximo Monopoly mundialero. Así que preparados, porque el viaje al Mundial de Clubes se acerca y el destino está pintado de blanco galáctico.