Una noche mágica de Rice en el Bernabéu…
Ancelotti, el mayor ilusionista desde Houdini, huele a ‘paella requemada en el horno’, y Florentino ya afila las tijeras de jardinería. ¡Si alguien puede revivir un 3-0, ese es el Madrid! Pero no, no basta con hechizos, hace falta fútbol, señores. El Bernabéu se prepara para el próximo 16 de abril, acoplado a la fe más firme desde que Moisés abrió el mar. Ancelotti llegó del Emirates como el Titanic al iceberg, con Arteta como el Leonardo Da Vinci del balompié, dejando a Carletto con cara de haber olvidado los ingredientes mágicos en casa.
Declan Rice, directo desde Hogwarts, se sacó dos varitas mágicas en forma de golazos. Parecía que había adquirido superpoderes para esa noche; Courtois, mientras tanto, volaba cual sobredimensionado Superman belga, aunque su única kryptonita fue el mismísimo galés pijama-samarreta. El Arsenal, ¡más Aston Martin que autocar!, fue gracias a Rice y su doblete de falta; tal vez además de arroz ‘Rice’ también tiene chorizo en su menú.
Desde el lado madridista, parece que alguien apagó a Vinicius con el mando a distancia. Rodrygo tampoco quiso colaborar, dejando a un Mbappé que daba más bandazos que Indiana Jones con jet lag. Camavinga se escondía mejor que Wally, ¿quién lo ha visto? Courtois, con la nominación a la Orden del Dragón, evitó que los tres goles del Arsenal fueran una fiesta de esas con más invitados que la boda de mis primos.