El aviador que casi deja a la Real en las nubes…
Real Sociedad y Real Madrid vuelven a verse las caras en semis de Copa. En la serie histórica están empatados 2-2. La primera vez fue en 1951, cuando Salvador Artigas, un tipo que intercambió las alturas de un avión de combate por las del gol en Atotxa, dinamitó el partido con su golito que hizo a todos los merengues gritar «¡Ay, madre!».
Nacido en Barcelona el 23 de marzo de 1913, era todo un fenómeno. Con 15 años ya estaba jugándolo todo en la cantera azulgrana, debutando en 1932. Pero la Guerra Civil lo mandó volando, literalmente, al Levante. Allí no solo aprendió a volar, sino que se convirtió en un piloto de combate con la República. Encajó perfecto en la 3ª escuadrilla de Polikarpov I-16 Moscas, liderada por Ángel Sanz Bocos, resistiendo hasta que unas cuantas bombas les dijeron que ¡adiós!.
¿Su escapada final? Un vuelo de mosquito hasta Francia, terminándolo como detenido en el campamento de Gurs. Pero tranquilos, que el fútbol siempre te saca de líos y, tras jugar un partidito aquí y otro allá, regresó a España con la Real Sociedad, y no se quedó con las ganas de aparecer en el Chamartín para la semis del 1951 (ni hablar que fue su gol el que nos liquidó allí).
Al colgar las botas, Artigas se fue por el trofeo del Entrenador Más Rudo del Año; lo llamaron Mister K.O y entrenó a medio equipo que tuviera la palabra «fútbol» en su etiqueta. Dejó su huella como entrenador durísimo de Real Sociedad, Barça, el Sevilla y muchos más. Hasta se le ofreció la selección española. Todo un personaje, Artigas, o Míster K.O, como prefieras llamarlo.
Artigas cerró el telón de su vida el 6 de septiembre de 1997, en su querida Benidorm, donde, entre recuerdos y risas del pasado, supo siempre estar a la altura, tanto en el fútbol como en el cielo.