Tres penaltis y un VAR que grita «¡Sigue participando!»…

Fue un día más largo que un chicle estirado para Asencio. Imaginen un partido donde un jugador es más perseguido que los descuentos en época de rebajas. Así fue el mundialito para nuestro intrépido central, quien parecía haber bajado de una montaña rusa directamente a un campo de penaltis.

El brillante inicio de año de Asencio se desinfló más rápido que un globo en manos de un niño. En el Mundial de Clubes, su actuación fue como una cita de Tinder que no salió bien: esas tres palabras que nadie quiere escuchar – «Var», «penalti», «roja» – se convirtieron en su mantra. Y no contento con ello, cuando regresa el VAR, le anula otro gol, dejándolo más confuso que un pingüino en el desierto.

Así va la carrera de nuestro querido central: comenzó como un flamante coche de Fórmula 1, pero en el último tiempo ha tenido más paradas que un bus interurbano. Barriendo sueños con arcoiris mal pintados, Asencio y su club ahora miran al futuro, esperando que el balón deje de ser tan traicionero como un pastel de cumpleaños olvidado en la lluvia. ¡Ánimo, Asencio! ¡Que el próximo rival sea amistoso como una mariquita y no tan peligroso como un VAR descontrolado!