El Metropolitano lanza un grito al cielo…

Era un jueves cualquiera hasta que el Atlético de Madrid decidió darle un giro dramático digno de Hollywood al tema del penalti. La UEFA, mientras tanto, se encontraba ocupada buscando más café, ya que el diluvio de llamadas atléticas amenazaba con inundar sus oficinas. «¡Queremos explicaciones!», gritaban desde el Metropolitano, cuestionando la acción que eliminó al club en octavos de Champions, como si fueran campeones olímpicos de levantamiento de quejas.

Mientras UEFA lanzaba un comunicado de manual en su web oficial, al Atlético le ardía la incredulidad y el cafecito mañanero ya sabía más amargo de lo habitual. «Nos han robado la ilusión», comunicaron fuentes del club a EFE, imaginando que el VAR es un villano de película de ciencia ficción que disfruta anulando goles.

Julián Álvarez, actor involuntario del drama, se resbaló al estilo slapstick y tocó el balón dos veces ante el Real Madrid, invalidando su propio gol. «¡No se vio en la tele!», claman los rojiblancos, como si estuvieran hablando de un truco de magia no revelado. Desde Madrid a Zurich, los colchoneros esperan que la familia del fútbol se una, no para discutir la regla, sino para asegurarse de que el VAR no se convierta en el rey de la comedia involuntaria. Mientras tanto, ya están pensando en el partido contra el Barcelona, porque, amigos, el show debe continuar.