David Sánchez desvela los secretos del campeón…

¡Ah, la Cataluña futbolera celebra nuevamente el triplete! Como si fuera una fiesta de Fin de Año, pero con más banderas blaugranas ondeando que una convención de ventiladores sin carga. David Sánchez, una especie de detective de balones, nos revela secretos como si estuviera contando el final de ‘Juego de Tronos’. Todo envuelto en los misterios del Barça coleccionista de trofeos, una tradición tan catalana como discutir sobre comida a la hora de la siesta.

Y llega la acción: Lamine Yamal, el aspirante al Balón de Oro, parece más complicado que encontrar Wi-Fi en medio del desierto. Y ahí está David, defendiendo que al Barcelona, como a un gato en día de lluvia, no le interesa mucho que Yamal se lleve el galardón. Bien, porque quizás, si el joven consigue el Balón de Oro, exigiría una estatua suya al lado de la Sagrada Familia. Bueno, no exactamente, pero ya se sabe: soñar es gratis.

Y si hablamos de sorpresas, Raphinha, un mago que desapareció los silbidos como chocolateras en una dieta, se lleva el título de ‘Revolucionario del Año’. Para David, su temporada es tan impresionante que necesita gafas de sol para no deslumbrarse con esos números estratosféricos. En el corazón de las transferencias, Araujo podría estar más cerca de una mudanza que un camión de mudanzas en pleno julio. Y mientras la masa especula, el mercado de fichajes se convierte en el mejor suspense deportivo desde que el VAR llegó a nuestras vidas.