Cuando «no me jodas» se convierte en «fuck you»

Dicen que el fútbol es un lenguaje universal, pero parece que aún necesitamos pulir un poco las traducciones. Jude Bellingham, la estrella del Real Madrid, está viviendo un episodio digno de comedia británica en el campo español. Todo comenzó con un incidente que parece sacado de un capítulo de «The Office»: una mala comprensión del idioma que terminó en tarjeta roja.

Este lío lingüístico trae a colación una historia que le resulta familiar a Mason Greenwood, el exjugador del Getafe. En la temporada pasada, durante un partido contra el Rayo Vallecano, el árbitro entendió «fuck you» cuando en realidad Greenwood había dicho algo más digno de un profesor de inglés: «Fuck sake». En esa ocasión, José Bordalás, entrenador del Getafe, salió al rescate de su jugador explicando que había sido un simple error de oído.

Hoy, Carlo Ancelotti se encontró en una situación similar tras el empate del Real Madrid contra Osasuna. Defendiendo a su pupilo, comentó a RMTV: «Jude es un buen chico, ¡aunque su español necesita un poco de amor y cuidado! Solo dijo ‘no me jodas’. Es una cuerda floja de malentendidos idiomáticos». Y es que, según parece, Munuera Montero, el árbitro de la discordia, oyó «fuck you» en lugar de la inocente expresión.

El Club azulón nutrió su defensa con alegaciones dignas de un detective privado y, ¡bingo! El Comité de Competición de la RFEF les dio la razón, absolviendo a Greenwood después de que las imágenes de vídeo mostraran que el inglés había dicho «One, two, three, four, fuck», casi como cantando un éxito de pop.

La pólvora la cargó, al igual que ahora con Bellingham, un acta que podría ser obra de un thriller psicológico. El registro mostraba al exjugador del Getafe levantando el brazo en protesta, gritando la infame frase que el árbitro interpretó mal. Pero el Comité vio las imágenes, rió de las peripecias lingüísticas y decidió que no hubo insulto.

La saga Bellingham pinta para ser un episodio más de enredos en la liga. La esperanza es que, con este precedente, nuestro querido Jude pueda zafarse de una sanción que le dejaría viendo los partidos con palomitas desde el sofá. El reglamento es claro: hasta el diccionario debería estar de su lado. ¿Podrá esta comedia de errores salvar al inglés de una suspensión de hasta 12 partidos? El tiempo, y una buena traductora, lo dirán.