Ancelotti y su tutorial avanzado para desesperados…

El pobre Jude Bellingham parecía haber visto una película de terror de serie Z en 3D, cuando el Real Madrid se desmoronaba en el Emirates como un castillo de naipes en un huracán. El centrocampista inglés, en plan Huch, ¡lo sabíamos!, trató de dirigir orquesta cuando todo sonaba como un concierto de gatos en celo. Ancelotti, el mago sin varita, intentaba hacer su mejor truco, pero los conejos se habían escapado por la puerta de atrás de su chistera.

El plan parecía tan efectivo como intentar apagar un incendio con una ampolla de agua. Nada funcionaba, ni las tácticas de bazuca para frenar al Arsenal, ni el plan de escape de Houdini para salir del área propia. Mientras Ancelotti y su hijo Davide intentaban enseñar a Bellingham y Camavinga cómo bloquear a los invencibles ‘gunners’, sus caras gritaban ¿qué demonios está pasando aquí? como si acabaran de ver un OVNI aterrizar con extraterrestres fanáticos del Arsenal.

Con diez derrotas y una defensa que hace agua, el equipo madridista se desliza como un tobogán sin fin, acumulando goles de sus rivales como cromos de colección. El pobre Ancelotti debe estar mirando manuales de milagros para transformar el Bernabéu en un lugar donde hasta David Copperfield levantaría una ceja. Y mientras tanto, Bellingham sigue poniendo cara de quien se ha olvidado del paraguas en pleno diluvio futbolero.