La danza cómica del banquillo madridista…

En el pasillo secreto de rumores del Real Madrid, se susurra que el final de Ancelotti se aproxima como el último episodio de una telenovela dramática. No porque sea malo, ¡ojo! Es que después de cuatro años, hasta el mejor helado se derrite. El pobre Carletto ha hecho más combinaciones en el once que un experto en cubos Rubik, poniendo mediocampistas de porteros y porteros de vendedores de chucherías. Lo curioso es que quiere dejar el barco como un caballero italiano, con un ‘arrivederci’ digno de película.

Pero agárrate, porque en la esquina del banquillo, la bufanda de seda cae sobre los hombros de Solari. Sí, ese mismo que dejó la Champions con más agujeros que un queso gruyer. ¿Solari al Mundial de Clubes? ¡Que alguien me pase el chicle de la sorpresa! El hombre que sentó a Marcelo e Isco como si fueran a la oficina del jefe después de romper la lámpara de la sala. Su antiguo récord se parece al de un aprendiz cocinero que quema hasta el agua.

Ahora, hagamos una reverencia al olvidado Raúl. Aquel que no solo marcó goles, sino también corazones. Es el as bajo la manga del Real Madrid, durmiendo en el sofá de los banquillos. Y claro, en un giro digno de culebrón, aparece como el hombre que podría resucitar con una varita mágica a los gigantes blancos, como Harry Potter al Quidditch. ¡Raúl, tu momento podría estar más cerca que nunca! Que comience la debacle cómica del próximo ciclo, ¡y que la historia se vuelva a escribir con sonoras carcajadas!