El Real Madrid parece una academia boomerang…
¡Tic, tac, tic, tac! Parece que el Real Madrid no guarda reloj, sino un bumerán dentro del bolsillo. Así es, señores y señoras, porque Álvaro Carreras ha decidido hacer girar su brújula y regresar al club de su corazoncito futbolístico. Después de haber dejado sus botas marcadas en el césped británico y lucir en el Benfica como si fuera el Cristiano Ronaldo 2.0, el jugador ha firmado un viaje ida y vuelta con sonrisa de oreja a oreja.
El paseíllo del regreso tiene nombres de leyenda. Dani Carvajal, por ejemplo, hizo una voltereta tan elegante desde el Bayer Leverkusen, que hasta los acrobatas del circo ruso deberían tomar nota. Él volvió y parecía un jedi con botas doradas, llevando a su equipo a conquistar Champions con la misma facilidad con la que uno se echa una siesta después del cocido madrileño. Alegró el Bernabéu con su regreso tanto como la llegada de un camión de churros a la puerta del estadio, y hereda el brazalete como si fuera el anillo de los elfos.
Y Morata, el delantero que hizo italiano el ‘¡Ay, caramba!’ al irse a la Juve, saboreó luego las pizzas madrileñas regresando en 2016. No se olviden de Joselu, quien regresó con más paradas en su vida que un tren regional, y Fran García, aquel que pone la velocidad en la autopista del lateral izquierdo. Pero, ¿quién puede olvidar a José Callejón, el Mesías de Cornellà, que regresó al Madrid bajo el mando de Mourinho? Estos chicos demuestran que en el Bernabéu las puertas son automáticas y más que abiertas. ¡Qué cine, amigos! La vida en el fútbol es como un mal remake de Hollywood, uno siempre vuelve a casa.