El Santo rejuvenece como un superhéroe…

Amigos del fútbol y de lo imposible, prepárense para escuchar la historia de un portero que desafía las reglas del tiempo y del espacio. Este fin de semana, en un duelo de leyendas digno de una película de ciencia ficción, el Real Madrid se enfrentó al Barcelona en México y cuando decimos ‘leyendas’, ¡hablamos de tipos que deberían tener una estatua solo por salir de la cama sin dolor! Iker Casillas, a sus 43 años, se plantó bajo los palos armando un escándalo de paradones que ni Neo en Matrix. Inspirado como si le hubieran llamado de Hogwarts, detuvo balones de Iniesta y Saviola en un doble paradón que le devolvería la estatuilla dorada de ‘Mejor Mago del Aro’ si tal premio existiera.

¿Y qué pasaba en las gradas? Los elfos del estadio Nemesio Díez de Toluca estaban convencidos de que Casillas tenía algún pacto secreto con los dioses del fútbol. Primero, Iniesta prueba con un chute con efecto a lo ‘Jedi’, pero Casillas, con reflejos dignos de un gato persiguiendo el rayo láser, dija el balón fuera. Cuando Saviola, generación Game Boy, intentó colar el segundo, ¡El Santo resucitó con la agilidad de un joven en un salón de baile! Definitivamente, a este hombre le basta un balón para retroceder a sus mejores aires de Real Madrid.

En lo que fue una tensa tanda de penaltis, los blancos se alzaron triunfantes 8-7, en un final tan emocionante que podría hacer llorar al mismísimo Chuck Norris. Juan Carlos Rodríguez, con la presión de 100 años de gritos en sus espaldas, falló el penalti decisivo y Madrid, con la fortuna de un billete de lotería ganador, celebraba otro triunfo en este mágico encuentro de leyendas. ¡La cuarta victoria en estos duelos, que suma más bravura al ya épico escudo merengue!