Ceballos desafía al calendario y al tiempo…

Dani Ceballos, el hombre que desafía el espacio-tiempo con un par de botas y mucho descaro, está de vuelta más rápido que un Speedy González en patinete eléctrico. Cuando los médicos del Real Madrid le dijeron que se ausentaría dos meses, Ceballos se rió en su cara y les respondió con un «antes de lo que pensáis». Y vaya que sí, ¡en 6 semanas está listo para liarla en Champions contra el Arsenal y en la final de Copa del Rey ante el Barça! Parecía que había hecho un pacto secreto con el mismísimo Papá Noel para que sus deseos de recuperación rápida se cumplieran.

Con más cuidados que un bonsái en un jardín zen y una disciplina digna de monje Shaolin, el sevillano se ha dedicado con pasión a sus sesiones de entrenamiento y al arte milenario del sofá-piscina. Su recuperación no ha sido cuestión de milagro; si acaso, un milagro fabricado a base de sauna, sesiones de luz roja y una dieta tan rígida que haría que Hulk llorara de envidia. ¡Hasta flota en su propia cámara hiperbárica! Nada de pasos en falso, pues su plan es mucho más delicado que un soufflé en pleno montaje.

Señores y señoras, prepárense porque Ceballos ha regresado de las sombras para convertirse en la pepita de oro que hacen relucir el mediocampo del Madrid. Como si fuera un Obi-Wan Kenobi con esférica en lugar de sable láser, maneja los hilos con elegancia y se ha convertido en el socio preferido de Tchoauméni, Valverde y Camavinga. Si su vida fuera un reality, no cabe duda que sería un éxito de audiencia, ¡porque este regreso es digno de titularidad en la galaxia del fútbol!