Cerezo se confiesa en El Partidazo y habla de todo …

Enrique Cerezo, el presidente del Atlético que no sabe si reír o llorar con los sorteos de la Champions, estuvo en El Partidazo de COPE y nos dejó claro que el arte de rendirse ante Florentino Pérez podría ser deporte olímpico. «Es el mejor presidente que ha tenido el Madrid», afirmó, mientras guardaba la camiseta blanca que no se pone ni en Carnaval. Según Cerezo, todos los presidentes deberían ser como Florentino, aunque se nos hace difícil imaginar al pobre Laporta con esa sonrisa mientras el Madrid hace de las suyas.

La sensación del presidente colchonero fue compartida por Joan Laporta en el palco de Montjuïc, donde, según Cerezo, «él estaba preocupado porque siempre le marcamos al final, y le dije yo: ‘Pues hemos venido a eso…'». Y así fue, un final de partido digno de película de suspense… o de comedia, según se mire.

El 4-4 en Barcelona fue como una película noventera con explosiones y arrepentimientos. «Hacía mucho frío, pero el partido se calentó rápido», relató Cerezo, mientras recordaba a los espectadores de antaño que, al menos, los goles no helaban tanto el alma.

Entre ironías, Cerezo confiesa que Julián Álvarez es un fenómeno: «se pasa los 90 minutos corriendo… el Madrid sí lo querría», dejando caer una indirecta más grande que un balón de playa. Además, admite que estos sorteos no le han salido muy bien: «Nos ha tocado el Gordo en Copa y en Champions», mientras el resto de los equipos ríen por no llorar.

Sobre el futuro de Griezmann, parece más un thriller de Alfred Hitchcock: «Es el estandarte del Atlético, pero no sé lo que piensa». Eso sí, en las precisas palabras de Cerezo, «todo está al 50-50%», no solo en el futuro de Griezmann, sino también en sus posibilidades de ganar la Liga o la Champions.

Para cerrar, no podía faltar un comentario sobre el VAR, la herramienta favorita de Cerezo para los domingos de contratiempos. «A veces ve cosas que no ve bien», dijo, como si hablara de una película de misterio donde el malo siempre escapa, y nos dejó pensando si lo que realmente necesitamos es un VAR para las reuniones de amigos.