La locura de Fàbregas en Italia…

¡Ay, amigas y amigos del balón! Cesc Fàbregas se ha convertido en el nuevo mozart del banquillo en Italia, dejando boquiabiertos a periodistas y aficionados por igual. En una Serie A más dramática que un culebrón, el ex mago del césped ha obrado un milagro tan increíble como clavar una chilena mientras preparas una tortilla de papas. Algo que parecía más difícil que que el Atleti ganara la Champions. Cesc admitió que su intención era tanto jugar como ver si esa pizarra con imanes le hacía ojitos para seducirlo a ser el mister del Como. Y ahora, como un trueno, el Como avanza a la velocidad del rayo desde la Serie D hacia la cima del fútbol italiano. Su historia es tan alucinante que ni Spielberg podría haberlo escrito mejor.

En un episodio tipo «Dos hombres y un destino», Ancelotti, ese viejo zorro del fútbol, intentó fichar a Cesc para el Nápoles. La escena se asemeja a una película de detectives. Carlo encontrándose con Cesc en un restaurante: se miran, se sonríen y, tal como un Don Corleone haciendo una oferta que no puedes rechazar, le pregunta: ‘¿Estás listo para venir conmigo?’ Si eso hubiera sido en un cómic, seguro que habría una nube de pensamiento sobre la cabeza de Cesc con él vestido de gladiador en un coliseo romano, batallando en el Calcio.

Además, nuestro bueno de Fàbregas ha tenido la oportunidad de compartir vestuario con genios del banquillo como Mourinho y Guardiola. Y vaya tela, menudo trío. Según él, Mou y Pep podrían ser como Batman y Superman: diferentes trajeados, misma actitud de «esta ciudad es mía» en el campo. Pero en la cantina, esos villanos del fútbol son como dos colegiales que se pelean por la última golosina, decididos a que ningún otro tenga su pastel, o en este caso, su «scudetto». Cosa curiosa, Cesc tampoco olvida a Conte, afirmando que este cuarteto poderosamente futbolero va más allá de cualquier universo Marvel. ¡Larga vida a nuestros superhéroes y sus tácticas mágicas!