El tango de los penaltis: doble toque y sanción…
Resulta que Julián Álvarez, en su lucha épica contra las leyes de la física y de la Champions, ha logrado cambiar las reglas del fútbol. Y no, no es porque tenga el poder de telepatía con el balón (aunque sería genial), sino porque involuntariamente hizo un truco digno de un malabarista. La IFAB tuvo que ponerse las gafas de pensar y decidir que, si alguien golpea el balón dos veces por accidente y es gol, ¡todo a empezar de nuevo! Algo así como el famoso Reinicio del Mundiales de Sillas Musicales, efectivo desde el 1 de julio de 2025.
Hasta ahora, si hacías un «Julián» —es decir, ese mix absurdo de danza de pies que podría hacerte parecer un pingüino sobre hielo— sin querer, tu gol quedaba más desamparado que balón solitario en el desierto. Pero nuestras queridas normas futbolísticas han decidido mandar al banquillo ese enfoque anticuado. Ahora, no importa si el balón parece tener una mejor conexión contigo que tus compañeros de equipo, se permite otra oportunidad si entra por error. ¡Eso sí que es darle una segunda vida al penalti!
Pero, cuidado, si decides jugar a ser el Messi de los doble toques por voluntad propia y tu balón se convierte en un boomerang, ahí sí no te salva ni el VAR. Porque entonces el balón te dice, «gracias, pero no gracias», y el rival se lleva un tiro libre indirecto. Lo que está claro es que los penalti ya no solo traen emoción, ¡sino también locuras dignas de un circo en el campo de juego!