Real Madrid vs. Real Madrid B: El duelo del día del Juicio Final…

Era un día de 1980 en el Santiago Bernabéu, pero uno de esos días que parecen sacados de una película donde el protagonista habla consigo mismo. La historia fue simple: el Real Madrid se meditó en el espejo y vio a su versión de entrenamiento militar, el Castilla, llegando ambos a jugar la final de la Copa del Rey. Y, spoiler: el Castilla no tenía marcas de moda en las camisetas.

El escenario era como si Harry Potter jugara un quidditch consigo mismo mientras enfrentaba a su yo pasado en una complejísima batalla de varitas y botines mágicos. Por supuesto, como buen héroe de casa blanca que se respete, Juanito y sus compinches se encargaron de poner las cosas en orden. Resultado: goles para todos, menos para los del Castilla, que no se llevaron ni una mísera caña en el tercer tiempo.

El hito generó más debates que las paradas de Keylor Navas, y el mundo del fútbol se quedó preguntando qué hubiera ocurrido si el Castilla ganaba. Pero la Federación decidió que duplicar el Real Madrid no era justo, ni para los demás equipos ni para el sentido común. Así que, adiós a los filiales en la Copa. Desde entonces, nuestra querida Copa del Rey sigue teniendo sorpresas, pero ninguna como esta partida de ajedrez consigo mismo.