Tatuaje del escudo blanco lo lleva a El Salvador…
Jerce Reyes Barrios, un fanático del Real Madrid, ha sido deportado en un giro de eventos digno de un partido en tiempo extra. La culpa de este drama la tiene su tatuaje, que aunque es todo un homenaje al club blanco, fue confundido con una marca de una infame banda criminal. Todo parece sacado de un guion de telenovela, donde el pobre Jerce se encuentra reclamando justicia por un simple error de interpretación de arte corporal.
El tatuaje en cuestión lleva una corona, un balón de fútbol y la palabra «Dios». Pero parece que las autoridades estadounidenses lo tomaron por un mensaje en clave de la mafia. Además, para terminar de enredar el lío, los agentes hallaron una foto en redes sociales de Jerce haciendo un gesto con la mano. ¡Resulta que era el clásico gesto de «te quiero» del rock’n roll! Pero según los agentes, parecía más un saludo pandillero.
Ironías aparte, Jerce sigue esperando noticias desde el otro lado del charco. Entre manifestaciones en Venezuela y un tatuaje malinterpretado, nuestro protagonista pensó que tenía su sueño de residencia asegurado. Ahora, entre abogados, jueces, y deportaciones de por medio, el partido de Jerce se juega en tiempo de descuento y con la esperanza de un cambio de estrategia. Su abogada y su familia siguen esperando, como pidiendo al árbitro un penalti a favor en el último minuto.