Cuando la cabeza está más en los memes que en el balón…

Como si se tratara de un lunes eterno, Real Madrid y Atlético de Madrid decidieron practicar el «turismo futbolístico». Parece que ambos equipos fastidiaron sus calendarios, porque pensaron que el día del partido era para descansar. El Atlético se echó una siesta demasiado amable con el Getafe después del regalito de un penalti. Parecía que, en lugar de correr, les estaban pidiendo una sesión de yoga.

Mientras tanto, el Real Madrid se convirtió en el club de fans del Rayo Vallecano en el segundo tiempo. Vinicius irrumpió en la defensa rival como quien se cuela en una boda ajena: llegó, bailó y se fue. Aunque los madridistas empacaron tres puntos como quien recogen las sobras al salir de un restaurante, las quejas del Bernabéu resonaron más que un despertador los lunes por la mañana.

Por su parte, los rojiblancos demostraron que la falta de concentración es contagiosa. Correa, con su rojo reluciente, pensó que el partido era un carnaval y decidió adornar su salida con poesía para el árbitro, aunque esto probablemente le costará un castigo en forma de vacaciones prematuras. Una extraña jornada donde los equipos ¿jugaron al fútbol? o tal vez estaban organizando un flashmob sorpresa.