La varita mágica de Karim obra el milagro blanco…

Hace algunos años, en una galaxia futbolera muy, muy cercana, el Real Madrid y el Atlético de Madrid estaban a punto de batirse en un apasionante duelo en Champions. Pero en medio del estruendo y la rivalidad, un francés con destreza de mago se robó el espectáculo. Era nada menos que Karim Benzema, quien sacó su varita mágica y dejó a todos los atléticos con la boca abierta y al Calderón pidiendo cita con el psiquiatra.

Todo empezó como un día cualquiera: los colchoneros ilusionados, el Manzanares agitándose, y el público listos para ver cómo su equipo remontaba. Todo iba encaminado cuando el Atleti se puso 2-0 arriba con un gol de Saúl y un penalti de Griezmann. ¡El susto se respiraba en el aire! Pero cuando el público pensaba que la remontada estaba asegurada, Benzema dijo «¡Voilà!».

Rodeado por tres defensas y con el córner al acecho, Karim lanzó un regate tan arriesgado que parecía sacado de un show de circo. Despachó a Godín, Giménez y Savic con una elegancia propia de un equilibrista. El resultado: un gol de Isco tras un remate de Kroos detenido por Oblak. Las ilusiones rojiblancas se desvanecieron como por arte de magia, y el Real Madrid selló su boleto a la final en Cardiff. ¿Qué dijo Benzema después? «No me como el coco, lo intenté y pasó…». Genio y figura.