Los misterios matemáticos del Camp Nou…

¡Alerta, terrícolas! Desde las tierras lejanas en el planeta fútbol, el Barça se enfrenta a una misión digna de Indiana Jones con balones: conquistar LaLiga y llevarse la Copa de Oro de vuelta a casa. Con un pique más intenso que una pelea de gatos entre Messi y un cono de tráfico, los azulgranas llegan al emocionante Clásico con cuatro preciosos puntos de ventaja sobre el ejército merengue de Ancelotti. Si los chicos de Flick ganan, la historia estará casi escrita más rápido que un adiós de Piqué.

Pero, si hay un empate en Montjuïc, los barcelonistas tendrán que rezar a San Goal de Cornellá, San Definao de Villarreal y San Milagrito de San Mamés. Necesitarán dos victorias para asegurar que incluso el mismísimo Bernabéu no se atreva a moverles del trono. Los culés podrían coronarse reyes si el Real Madrid tiene más tropiezos que un cavernícola en una tienda de porcelana y no ganan al Mallorca. Claro, todo adobado con un gol average de 0-4, una diferencia que ni el mejor libretero podría acortar.

Ahora, pongamos un poco de salsa picante: si el Real Madrid gana, la tensión subirá como una montaña rusa sin frenos. Los blancos olfatearán la cima a solo un punto de distancia. Barcelona tendría que activar su modo superhéroe y ganar sí o sí todo lo que queda, esperando que Madrid se resbale en su camino jugando contra Mallorca, la Real Sociedad y el formidable Sevilla. ¡Que comiencen los juegos del trono… del balón!