La noche que casi fueron héroes…
Ah, volver a enfrentar al Dortmund es como reencontrarse con el ex que te dejó casi en el altar. Este reencuentro en el Mundial de Clubes en Estados Unidos nos hace recordar esa semifinal de la Champions 2013. ¡Cómo olvidarla! Aquella noche, el Bernabéu era un caldero burbujeante, como si la afición hubiese tomado café por intravenosa.
Era como una carrera entre un Ferrari llamado Madrid, conducido por un Mourinho soñando con la Décima, y un coche de rally alemán llamado Borussia Dortmund, con Klopp haciendo de mecánico loco. En la ida, Lewandowski se transformó en Thor y con su martillo, o sea, sus botas, sacudió cuatro golazos dejando atónito al bueno de Diego López. Mientras, Cristiano marcó un golito, como quien apunta su nombre en una puerta para entrar a una fiesta. El Bernabéu quedó atónito, como cuando no encuentras cebolla en la tortilla de patatas.
En la vuelta, el Madrid se lanzó al ataque como un hamster enérgico en su rueda. Weidenfeller se multiplicó, cual pulpo disfrazado de portero. Benzema y Ramos se vistieron de súper héroes de última hora para marcar dos goles, y el Bernabéu, vibrante como una cafetera, soñó con la remontada. Pero el tercer gol, ese unicornio perdido, nunca llegó. Once años después, en un campo lejano, se da una segunda oportunidad. A ver si esta vez no necesitan tres deseos, un genio y un cuarto gol inexistente.