Una noche de debate para decidir en qué ciudad desempatar…
El mundo del fútbol, antes de las redes sociales, era una mezcla encantadora de gestos dramáticos. En mayo de 1959, Real Madrid y Atlético de Madrid protagonizaron una especie de «telenovela futbolística». Tras empatar en sus respectivas tierras, la UEFA convocó un cónclave al estilo mafioso en la habitación 314 del hotel Velázquez, para decidir el lugar de desempate.
Mientras el Madrid proponía la capital, los colchoneros, con el reglamento en la mano, exigían terreno neutral. A las 11 menos cuarto, el culebrón se trasladó al hotel Palace para una cena-negociación donde la salsa de la discusión seguía espesa. Pamplona casi se convierte en anfitriona, así que la pobre ciudad aún no sabe cuán cerca estuvo de una invasión de hinchas enloquecidos.
Finalmente, a la madrugada, un rayo de lucidez iluminó la reunión y Zaragoza fue elegida. El día señalado, con el estadio lleno, Di Stéfano y Puskas perfilaron la victoria blanca. Mientras tanto, el Stade Reims hacía de las suyas en París.
Así concluyó una melodramática saga digna de Netflix. Punto para el Madrid, que se encaminaba a su cuarta conquista europea. Y para el Atlético, un capítulo más en su inevitable serie de desencuentros con el destino.