Recuerdos que van más allá del campo…

Imagínate que estás en Londres dando un tranquilo paseo, cuando de repente ves al Real Madrid recibir un 3-0 como si hubiera confundido el balón con una tetera. Ahí es donde entra el espíritu de Juanito, el ‘7’ mítico del Madrid, que todavía le hace cosquillas al Bernabéu cada vez que su nombre resuena en el minuto 7. Como un aroma a tortilla de patatas, su leyenda permanece siempre presente. Y es que Roberto Gómez, su hijo, se siente tan emocionado que podría pasarse el día llorando con la misma intensidad que cuando ve la factura del teléfono tras hablar con Pablo Parra. ¡Vaya forma de llorar con orgullo!

Eso sí, no todo es llanto de felicidad. Resulta que las redes sociales son como un campo de minas y Roberto lo sabe bien. Algunos aficionados del Atleti, traviesillos como pocos, mandan fotomontajes poco agradables sobre el accidente de su padre. Aunque el chico se las apaña con una paciencia digna de un santo, no puede evitar sentirse como si le dieran patadas en la espinilla. Menos mal que las multas a los bromistas de mal gusto asustan más que un penalti frente al portero-canguro.

Con las remontadas en el ADN, Roberto cree que el Madrid puede volver a dar la vuelta a cualquier partido, como si tuviera un manual secreto para redescubrir la pólvora en el último minuto. No hay campeón sin épica, y él lo sabe como quien sabe que los churros no se deben comer sin chocolate. En un suspiro, ya está mencionando a Sergio Ramos, Hierro y Valverde como aspirantes al trono del espíritu de Juanito. Pero, por favor, que nadie se confunda, porque igualar al ‘7’ es tan difícil como hacer una chilena en chándal.