Un penalti para el asombro pepinero…
El Leganés no perdió tiempo y, antes de que ninguno de los espectadores pudiera pestañear, ya estaba levantando las cejas colectivamente ante el penalti señalado a favor del enemigo. Con un escueto ‘¿Qué?’ en las redes, el club mostró su habilidad para el asombro inmediato, cuestionando lo evidente para el árbitro.
Según el gurú del silbato, Pérez Burrull de Radio MARCA, el penalti era más inexistente que un unicornio en una feria. Los jugadores del Leganés, a quienes no les gusta tropezar ni con una pluma, aseguraron que Oscar apenas rozó a Arda Güler con la intensidad de un saludo de mano, pero el árbitro pensó diferente.
La tecnología mirando de reojo, también conocida como VAR, decidió hacer de estatua al ver algo de contacto. Y así, Mbappé, con la sutilidad de una caricia, envió el balón al fondo de la red, inaugurando el marcador con un Panenka que dejó a todos atónitos y, probablemente al portero, con una leve mueca de «ni modo».