La metamorfosis de Xabi Alonso y sus jugadores…

Dicen que basta con una buena segunda parte para avanzar, y eso fue lo que hizo el Madrid contra la Juventus. Como si llevaran puestas las botas mágicas de Hermès, los jugadores de Xabi Alonso corrieron, saltaron y rodaron hasta plantarse en cuartos de final. La actuación no fue digna de una película de Oscar, pero funcionó como esos remedios caseros que curan el mal de amores. El Real Madrid de Xabi Alonso, aun siendo un equipo en formación cual mezcla de Lego, está a tres pasitos del título, y esta vez nadie en su sano juicio quiere cruzarse con ellos. Luis Enrique seguro que está tomando notas en un cuaderno más gordo que una biblia.

Y si de frescura se trata, no se olviden de Gonzalo, el chico de la cantera que se está labrando un nombre más grande que un cartel de neón en Las Vegas. Un canterano que en cuatro partidos ya se frota las manos con la Bota de Oro como si fuera la lámpara mágica de Aladino. Que alguien le diga a Di María que tiene competencia y que está a solo un pasito, concretamente un gol, de alcanzarlo. El gol contra la Juve fue de cabeza, y ya saben lo que dicen, da igual que te cargues el peinado si es por un buen golazo, ¡y vaya peinado le mandó Trent con el pase!

Por otro lado, Trent parece estar más perdido que un pulpo en un garaje, pero no teman, porque ¡ay, amigo!, los centros que saca pueden abrir una lata de sardinas sin necesidad de abrelatas. Sin embargo, si Trent es el Rolling Stone de las asistencias, Yildiz es el Jagger de los regates moviendo las caderas por el campo. Aunque nadie entendió por qué lo sacaron cuando estaba dejándonos en trance con su juego hipnótico. Además, otro que se llevó todos los aplausos fue Arda, el correcaminos del equipo. Y entre todos esos personajes, el capo Tchouaméni, gigante en cuerpo y alma, rozando la gloria del gol como quien busca el Santo Grial, pero se topó con el muro que es Di Gregorio. Ya lo decimos, señoras y señores, en esta tragicomedia madridista, la risa y la tensión vienen de la mano.