El show de Mbappé y compañía en el Bernabéu…
Quién lo diría, pero Pep tenía razón: el City tenía un uno por ciento de opciones y se olvidó de mandarle el memo al Madrid. El Bernabéu fue testigo de un espectáculo donde el City se deshizo como castillo de arena. Los del Real, en cambio, se quedaron con ganas de más, como quien pide otra ración de churros.
Fue una velada para recordar, o para que el City intente olvidar. El Madrid no dejó un área por dominar, desde que comenzó el partido hasta que el árbitro decidía que ya era suficiente. Los jugadores del City seguramente sospecharon que las escaleras del túnel de vestuarios eran más altas de lo habitual, pero eso fue lo único complicado de la noche.
Y luego está nuestro amigo Mbappé. El francés, evitando la dieta de croissants, se dedicó a dejar su huella en la historia del Bernabéu. Tres golazos que hicieron torcer el cuello a más de un espectador para ver si de verdad había hecho esos trucos mágicos. Fue un recital de calidad, clase y mucho arte.
Sería injusto decir que Mbappé no tendría buenos compañeros de reparto. Asencio decidió dar una lección de cómo estar en todos lados al mismo tiempo, mientras que Ceballos gobernaba el centro del campo como un chef en su cocina.
En resumen, el Madrid llega a este punto de la temporada como un reloj suizo, preciso y preparado para todo. Anoche brillaron con luz propia, y seguro que más de uno se fue a casa tarareando el himno del Madrid, aunque fuera en sueños. ¡Hala Madrid!