¡Problemas en el ático merengue!…

¡Ay Madrid, Madrid! No tienes tiempo ni para un té de manzanilla tranquilizante, ¡pero cómo me gusta ver tu show! Tras la odisea griega con el Valencia, el Barça ya está galopando como un purasangre en el hipódromo de la Liga. Y el Madrid viajando a Montjuïc, como quien da un paseo por Mordor. Portería floja, muros defensivos de corcho y Vinicius sintiéndose como un cantante de rock en pleno olvidazo. ¿Y los penaltis? Parece que están lanzando a una diana en un galeón pirata en medio del océano.

Ancelotti está con el suspenso más grande que la Torre Eiffel, y el Arsenal ya está sacando brillo a sus cañones para el próximo asalto en Londres. ¡Hasta el pirata Barba Roja estaría nervioso con semejante desafío! La defensa del Madrid es como un queso suizo, llena de agujeros por las bajas, y el pobre Fran González tuvo que ponerse los guantes cual Don Quijote enfrentando molinos. ¡Que alguien le dé un poco de turrón para el alma! Mientras tanto, Courtois y sus piernas parecen estar jugando a las escondidas.

El medio del campo madridista está más revuelto que una mezcla de salsa y flamenco en una pista de patinaje. Ceballos aporta la chispa pero Modric, leyenda y guerrero arcano, sigue contando con más kilómetros que un taxi en Nueva York. Y, por si las brujas del fútbol no fueran ya lo suficiente desastrosas, Vinicius no se logra poner de acuerdo ni para lanzar un penalti. Deberían formar una banda de música ¡’Los desapuntadores del Bernabéu’! Pero aún quedan esperanzas de que en cuestión de días, aparezca un caballero blanco y lo solucione todo con un toque mágico de balón.