Un Mundial de Clubes de película…

El Real Madrid se encuentra en una encrucijada más épica que el último chiste de tu abuelo. Tras salir escaldados ante el Arsenal en la Champions, toca decidir quién será el valiente que se siente en el banquillo para dirigir al equipo hacia una gloriosa victoria en el primer Mundial de Clubes. Unos dicen que Ancelotti ya está más pasado que el tamagotchi, otros aseguran que llegará un interino como quien trae el croissant de todos los días, y también está el equipo Xabi Alonso, como si fuera el próximo superhéroe de Marvel.

Florentino Pérez y su escudero José Ángel Sánchez tienen la espada de la decisión apuntándoles directamente. En sus agendas, el Mundial de Clubes está subrayado como las tareas de matemáticas del lunes. Y es que más allá de medirse con el Barça y toda esa historia de siempre, el verdadero caramelito es conquistar el nuevo torneo de la FIFA. Con más nervios que una madre viendo jugar a su hijo, el Madrid busca la fórmula mágica para deslumbrar en el escenario de la proyección internacional.

La duda existencial para los responsables del club se parece al mito de Sísifo: ¿apostar por un interino parche como Solari o Raúl o meter a Xabi Alonso en la ecuación, como el fichaje soñado de verano? Todo el mundo espera que Xabi se convierta en el caballero de brillante armadura que asegure la victoria, aunque también podría preferir seguir siendo la estrella del Bayer Leverkusen, esquivando malos ratos como un futbolista esquiva patadas en un partido de barrio. La decisión pesa más que el famoso jarrón de la abuela, y debe tomarse antes de que el Mundial de Clubes nos pille sin entrenador. ¡Ánimo Madrid, que esto es como un penalti en el minuto 90, pero con más glamour!