Vacaciones selectivas y dramas blancos…

Ancelotti soñaba con dar veinte vueltas al mundo con vacaciones selectivas para sus jugadores, pero el calendario y las lesiones lo dejaron como un PowerPoint congelado. Con siete títulos en la mira, ya solo aspiran a seis, lo que no es poco, pero el guion inicial se desmorona más rápido que un castillo de naipes. Dani Carvajal, el profeta del caos, ya lo veía venir desde pretemporada. Para el pobre Valverde, todo parece un maratón de partidos con 80 encuentros en la mochila. Y eso sin contar las millas que le regalan al volar a Uruguay.

En pleno apocalipsis de lesiones, con un banquillo más vacío que una pista de baile a las cinco de la mañana, las ideas innovadoras se quedaron en frío. «Ojo, Vinicius podría ser turista», planeaba Ancelotti. Pero el autocuidado falló más que un cinturón de seguridad en un choque. Entre lesiones y parones, el Madrid planeaba más que un piloto de drones, causando atascos hasta en la enfermería.

Mientras, Carlo sigue siendo optimista: sueña con el triplete mientras la plantilla va y viene como en un reality show. La última trampa del calendario parece un juego de fuga. Y, aunque Ancelotti tiene un único soldado en pie, su plan no tiene tiempo para un respiro. El próximo episodio se vislumbra lleno de locuras y pesadillas. ¡A templar nervios, que esto sigue!