El arte de desconectar en pleno partido…

¡Ay, Valverde! Avisó del berrinche madrileño antes del gran combate futbolero, pero el Madrid parece tener la puntería de un pirata miope en plena tormenta. Primer tiempo, ¡olé! Segundo tiempo, ¡a lo loco! Es harina de otro costal cuando el Celta se convierte en Quijote, lanzando ataques dignos de una novela de aventuras. Nuestro capitán Fede bien podría haber sacado su pizarra táctica y gritar «¡Unidos venceremos!», pero los pies se hicieron de plomo mientras nos hacíamos la siesta.

Y no es para menos, los blancos ya tienen el récord Guinness de desconexiones inexplicables, y vamos por el 10 este año. Si sigues sumando, van a alcanzar la cantidad de capítulos de esas telenovelas interminables. El Madrid lleva más apagones que un pueblo en plena tormenta. Si Carletto fuese un electricista, ya lo habrían llamado de todos los países del mundo para arreglar sus redes eléctricas por lo rápido que causa cortes. Los goles del rival tienen más fugacidad que la suerte de los lunes día tras día.

La última debacle dejó a Valverde como un profeta del desastre. Vale, Ancelotti, al final nos sacamos el sombrero con tu habilidad para sorprendernos más que un conejo en una chistera. Ahora toca visitar Montjuic, y lo que empezó como si fuera el capítulo final de una trilogía, parece que va a continuar con una cuarta película. Después del encuentro, ¡necesitaremos una biblioteca entera para contar todos los «casi»! Brindemos por el humor que nos queda mientras el Madrid busca salir de su desconexión a la velocidad de un paquidermo bailando salsa. Aunque, quién sabe, tal vez este sea el giro inesperado que tanto esperábamos. ¡A por el septete, como si de un tesoro pirata perdido se tratase!