Iturralde González, el detective de VAR…
¡Vaya, vaya, vaya! Iturralde González, el Batman de los árbitros, con su capa hecha de tarjetas amarillas, se adentró en el universo paralelo donde el VAR se volvió una novela de misterio. ¡Ñam, ñam! Durante el Barça 4-3 Real Madrid, en la sala VOR se escuchó un enigmático «menos mal» cuando revisaban un gol. Parece que Martínez Munuera y su asistente invisible estaban encontrándose con una pelota tan escurridiza como un calamar en mantequilla. Y ahí es donde Iturralde nos deleita: «Sorpresa, tal vez uno no lo vio y otro gritó ‘¡eureka!’ como si acabaran de descubrir América.» ¡Qué drama!
Como quien resuelve un rompecabezas de domingo por la tarde, Iturralde gira su lupa hacia el caso de Mbappé, famoso por colear más fuera de juego que dentro de la sala de cine. «Mbappé estaba tan fuera de juego que ni el VAR se molestó en invitarlo a la fiesta. Suponemos que alguien pensó que Cubarsí tenía más control sobre el balón que un campeón de bolos», comenta con una cabeza que se ha vuelto tan crítica como un monólogo cómico.
Y si creías que los árbitros no podían ser astrónomos, piénsalo dos veces, porque Iturralde nos lleva a la órbita con Tchouaméni, quien terminó en un debate más intenso que una discusión de profes sobre la mejor serie de televisión. «¡Esa mano baja más rápido que un satélite caído del cielo!», exclama Iturralde. Mientras tanto, sobre Lamine Yamal, teórica y práctica chocan como vikingos en una boda, demostrando que en el fútbol, como en la vida, no hay espacio personal que un árbitro no invada. ¡Ole, árbitros, campeones de la contradicción y el destello! No por nada Iturralde es el Sherlock Holmes de los campos de fútbol.